Deprecated: Methods with the same name as their class will not be constructors in a future version of PHP; GDLR_Import has a deprecated constructor in /var/www/vhosts/zenda.trestristestigres.com/httpdocs/wp-content/plugins/goodlayers-importer/goodlayers-importer.php on line 28
La poesía en la costumbre - Zenda
Warning: is_dir(): open_basedir restriction in effect. File(/usr/share/nginx/html/wp-content/plugins/wpdiscuz/themes/default) is not within the allowed path(s): (/var/www/vhosts/zenda.trestristestigres.com/:/tmp/) in /var/www/vhosts/zenda.trestristestigres.com/httpdocs/wp-content/plugins/wpdiscuz/forms/wpdFormAttr/Form.php on line 157

La poesía en la costumbre

En su poesía, sencilla y llana, no exenta de ciertos toques humorísticos y de una lucidez ácida, Iribarren contempla la circunstancia con cierto desapego, como quien mira la lluvia protegido por el cristal, siempre atento a las variaciones que pueden surgir de la monotonía: «Las hojas en la plaza,/ a dos palmos/ del suelo,/ de...

Se puede buscar poesía en las cosas mínimas, en las minucias. Se puede encontrar en las grandezas que nos desbordan o en pequeños actos de fe cotidianos, a lo que llamamos costumbre. Y esto último es lo que hace Karmelo C. Iribarren, que con su libro La última del domingo —merecedor del Premio de Poesía Hermanos Argensola— continúa la estela que inició hace años, buscando el poema donde se abre «una compuerta en tu interior», como reza una de sus composiciones. El poeta de Donosti se entrega al análisis poético de la anécdota, buscando la belleza, el paso del tiempo o la certeza de la muerte en aquellos hechos que nos parecen intrascendentes, que siempre quedan al margen de nuestra atención porque caminan con nosotros a diario.

En su poesía, sencilla y llana, no exenta de ciertos toques humorísticos y de una lucidez ácida, Iribarren contempla la circunstancia con cierto desapego, como quien mira la lluvia protegido por el cristal, siempre atento a las variaciones que pueden surgir de la monotonía: «Las hojas en la plaza,/ a dos palmos/ del suelo,/ de un lado para otro,/ sin tregua,/ persiguiéndose/ según les sople el viento.// Como escolares/ desatados/ a la salida del colegio», escribe en el poema titulado «Estampa septembrina».

"Haciendo honor al título que encabeza el libro, Iribarren, además, saca a relucir el verso tabernario, el que se escancia sentado en un taburete de la barra"

Dividido en tres partes, enumeradas y encabezadas con citas de Lorenzo Martín del Burgo, Carl Sandburg y Joaquín María Bartrina respectivamente, La última del domingo pone de manifiesto el avance de la vida con cierta nostalgia no exenta de socarronería: «Éramos jóvenes —escribe— / y no teníamos/ nada:/ ni novia ni futuro/ ni esperanza…// No teníamos ni un perro/ al que poder contarle/ nuestras desgracias.// Pero cómo/ no añorar aquellos tiempos:/ siempre se morían otros». El poeta donostiarra echa «Otro vistazo al tiempo» con cierto amargor: «Al tiempo no le gusta pasar/ inadvertido,/ como si no pasase.// Necesita continuamente/ cosas nuevas:/ vive de envejecerlas».

"Iribarren entona el canto de lo cotidiano, de lo que sucede sin pretenderlo. Nos habla de esa épica minúscula de las vidas anónimas, las que trascurren a nuestro alrededor sin que nos demos cuenta"

Haciendo honor al título que encabeza el libro, Iribarren, además, saca a relucir el verso tabernario, el que se escancia sentado en un taburete de la barra. Con una mirada mordaz hacia todo lo que le rodea, refleja la vida de hombres de negocios, de jóvenes de barrio, de sujetos anónimos que desfilan ante su mirada y se sientan en «La mesa de al lado»: «Hablan de la vida/ con un dominio de la situación/ realmente asombroso. […] Ver el mar me gusta/ por razones de muy variada índole.// En ocasiones, sin embargo, solo es una imperiosa necesidad». Y, como «La vida es corta», el poeta nos insta a seguir inmiscuidos en nuestros asuntos porque «hay bares para todo el mundo», refugios urbanos; metáforas, a fin de cuentas, de distintas formas de existencia.

Iribarren entona el canto de lo cotidiano, de lo que sucede sin pretenderlo. Nos habla de «esa épica/ minúscula/ de las vidas anónimas», las que trascurren a nuestro alrededor sin que nos demos cuenta. Señala que esas vidas, como la nuestra, son «las que mueven el mundo».

—————————————

Autor: Karmelo C. Iribarren. Título: La última del domingo. Editorial: Visor. Venta: Todos tus libros.

4.1/5 (30 Puntuaciones. Valora este artículo, por favor)

Pablo Quintela

Pablo Quintela (León, 1993) es Graduado en Historia e Historia del Arte. Ha publicado tres libros de poemas: 'La pluma en el aire', 'Rumor del agua' y 'Lejanías'. Colabora en revistas literarias con sus poemas y reseñas. Dirige el comité editorial de Averso Poesía.

Ver más publicaciones

Zenda es un territorio de libros y amigos, al que te puedes sumar transitando por la web y con tus comentarios aquí o en el foro. Para participar en esta sección de comentarios es preciso estar registrado. Normas:

  • Toda alusión personal injuriosa será eliminada.
  • No está permitido hacer comentarios contrarios a las leyes españolas o injuriantes.
  • Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de tema.
  • Zenda no se hace responsable de las opiniones publicadas.
Notificar por email
Notificar de
guest

0 Comentarios
Feedbacks en línea
Ver todos los comentarios

suscríbete a nuestra newsletter

Recibe cada semana una selección de los mejores contenidos de la web, ¡No te lo pierdas!

[contact-form-7 id="6d737e1" title="Formulario de newsletter"]