Esta antología recoge los mejores poemas de los quince libros publicados por una de las grandes poetas japonesas del siglo XX. Tada Chimako fue famosa por su estilo surrealista y su evocación de la experiencia de las mujeres en el Japón de posguerra.
En Zenda reproducimos cinco poemas de la antología poética, en edición bilingüe, De una mujer en una tierra distante (Pre-Textos), de Tada Chimako.
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FUEGOS DE ARTIFICIO
Se burla, en tono agudo, de la eternidad,
arpegio rojo, dorado y estridente.
Helechos hambrientos de desilusión:
la floreciente histeria de una noche.
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NIEVE NOCTURNA
Si te acurrucas y cierras los ojos
como bestia que hiberna,
la nieve cae, amontonándose en los techos grandes y pequeños,
la nieve cae, amontonándose sobre tus cobijas,
la nieve cae, amontonándose sobre tus párpados.
Y cae la noche, amontonándose sobre la noche.
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ESPEJO
El espejo es siempre un poco más alto que yo,
se ríe un momento después de que me río.
Me sonrojo como un cangrejo
y recorto lo sobrante con unas tijeras.
*
Cuando acerco mis labios, el espejo se empaña
y yo me desvanezco detrás de mis suspiros
como un aristócrata detrás de su escudo
o algún gángster detrás de sus tatuajes.
*
Este espejo es un cementerio de sonrisas.
Viajero, cuando vayas a Lacedemonia,
cuéntales que hay allí una tumba
pintada de blanco, con grueso maquillaje,
dentro de la que sopla el viento solitario.
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COLUMPIO
La ontogenia imita a la filogenia. Los niños que oscilan en los columpios reproducen a nuestros peludos ancestros tal y como eran, colgando de las lianas.
Para el niño que no puede manejar el columpio, aunque saque torpemente su derrière, doble las rodillas y sacuda sus brazos hacia atrás y hacia adelante, este juguete, hecho de tablas y cadenas, representa el mundo que no hará lo que él dice. Sin embargo, cuando el columpio finalmente comienza a moverse como el niño quiere, su rostro brilla con todo el orgullo y la alegría de un conquistador.
El verdadero deseo de los columpios no es sólo moverse pendularmente en forma de abanico, sino formar un círculo completo. Pero a pesar de que ese humilde estribo manchado por suelas de zapatos sueñe con trazar un círculo perfecto en el vacío, se balancea de adelante hacia atrás entre los límites de esa trayectoria de abanico.
Hay otro deseo aún más secreto que el columpio no puede justificar, pero que se mantiene constante: volar a lo largo de la tangente que atraviesa las profundidades de la bóveda celeste, guiado por la fuerza centrífuga.
Todavía sedientos de vuelo, los pies empujan hacia adelante, se extienden más y más, pero las manos sujetan firmemente las gruesas cadenas que conectan la periferia del mundo con su centro.
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MAÑANA O MAR
El mar se parece a la mañana,
una mañana totalmente extendida y arqueada.
Los pájaros, dispersos como isletas,
salpican con un ritmo de staccato.
Alientos que estremecen la corteza terrestre,
noticias exageradas sobre la expedición
de sueños ahusados que van en la corriente.
Las blancas semillas emplumadas
se dispersan, inquietas.
Ay, ¡con qué facilidad se disuelven
en la luz!
Todo se deshoja.
Los recuerdos están desnudos y ciegos:
huellas inimaginables.
Este día no tiene con qué emparejarse,
es tan vigoroso que no sé qué hacer.
La mañana se parece al mar
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Autor: Tada Chimako. Título: De una mujer en una tierra distante. Antología poética. Traducción: Megumi Kobo y Ernesto Hernández Busto. Editorial: Pre-Textos. Venta: Todos tus libros.
BIO
Tada Chimako nació en Kita-Kyūshū, Fukuoka, en 1930, y pasó la mayor parte de su juventud en Tokio, durante los tumultuosos años de la Segunda Guerra Mundial. Asistió a la Universidad Cristiana de Mujeres, donde estudió Literatura Francesa y trabó amistad con otros poetas e intelectuales. Tras graduarse, se matriculó en la Universidad Keio Gijiku para continuar estudios de literatura. En 1954, se convirtió en miembro de Mitei, una revista fundada por poetas y escritores japoneses de vanguardia. En 1956, se casó con Kato Nobuyuki y se mudó a Kobe, una ciudad del oeste de Japón. Ese mismo año publicó su primer libro de poemas: Hanabi (Fuegos de artificio). Chimako fue también una gran traductora del inglés y el francés a su lengua materna. Durante la década de los 70, se dedicó a enseñar historia literaria francesa y europea en el Kobe College. En 1986, fue acogida como Poeta en Residencia por la Universidad de Oakland, en Michigan. Luego se estableció como profesora de literatura francesa en la Universidad Eichi, en Amagasaki, donde enseñó hasta dos años antes de su muerte, en 2003. En Japón publicó más de quince libros de poesía, varios de ensayo y ganó importantes premios.
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