Último capítulo de la primera temporada de Siempre al Oeste, de la que echamos el cierre con la promesa de que volveremos. La acabamos por todo lo alto con un invitado que deja huella, pero no por su crochetón de izquierda, sino por su humanidad y sentido común.
Es Jero García un tipo peculiar, de esos con los que rara vez te cruzas en la vida, pero a los que es casi obligatorio arrimarse, porque sólo hay bondad a su alrededor. Llama la atención que su áurea llega a los sitios dos o tres segundos antes que su corpachón, anticipándolo. Es un humanista hecho en el barrio y los cuadriláteros; un boxeador curtido entre mil y un libros. Boxea (siempre boxea), entrena, escribe, actúa, presenta, da charlas y, sobre todo, previene todo tipo de violencias, en una labor que merece todo reconocimiento.
Lo acompañan JEOSM y Jesús Fernández Úbeda, en una entrevista que no tiene desperdicio, llena de filosofía de la calle, que es, sin duda, la mejor posible.
Antes de dar por concluida esta apasionante primera temporada, como director del proyecto y en nombre del equipo de Siempre al Oeste, de Zenda Libros y de Alabra, no me queda más que agradecerle a nuestros entrevistadores, invitados y, especialmente, a todos nuestros oyentes que nos hayan acompañado en esta aventura singular. Sin ustedes, habría sido imposible.
Seguimos en busca de aventuras, y lo hacemos siempre al oeste. Nos vemos muy pronto.
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