Es Ángel Antonio Herrera un artificiero de la palabra que por concatenación libre se transfigura en verso. Un verso de pensamiento alambicado pero de idioma trazado con pulso cirujano, pretendidamente excesivo y barroco pero a la vez preciso y sofisticado. Leer su poesía, ahora reunida en Los espejos nocturnos (1984-2014 Akal), es recibir un zarpazo feroz en el encéfalo, que se irradia iracundo por todo el espinazo, incluso a los que reincidimos en ella y, por tanto, llegamos prevenidos. Navegar por sus versos es hacerlo por un mar negro por nocturnidad y desheredado de cartografía náutica. Uno sabe cómo entra en Ángel Antonio Herrera, pero no cómo va a salir de él.
Poeta (como sinécdoque de escritor) y columnista de la estirpe, ya casi extinta, de los estilistas salvajes, Ángel Antonio Herrera lleva más de 30 años en la cosa. Lo hace ahora, además, con una madurez asombrosa y envidiable, anticipándonos que el mejor Ángel Antonio Herrera está aún por llegar.
Visita el poeta Siempre al Oeste de la mano de Jesús Fernández Úbeda y María Díez Rovira, en una entrevista retrospectiva y reposada, de trago largo y regusto nocturno, como el ron de su queridísima Habana. No se la pierdan.
Zenda es un territorio de libros y amigos, al que te puedes sumar transitando por la web y con tus comentarios aquí o en el foro. Para participar en esta sección de comentarios es preciso estar registrado. Normas: