Quizá la verdadera tapada de este año en los Oscar es American Fiction —o Ficción a la americana—, que acumula la nada despreciable cantidad de cinco nominaciones, entre ellas Mejor Película y Actor Protagonista (Jeffrey Wright). Podría tratarse de una ironía viniendo de la Academia, la misma institución que tanto ha alimentado lo políticamente correcto y woke en una industria lanzada a vender dolor y absolución blanca, tanta que se ha olvidado de entretener y provocar. Y podría serlo también teniendo en cuenta que la película no se ha estrenado en cines en España, sino directamente en Prime Video, sin que medie además campaña promocional alguna.
American Fiction es la historia de un profesor negro que reniega de “lo negro” y que, por eso mismo y por su compromiso con la alta cultura, es despedido de la universidad donde enseña. Jeffrey Wright interpreta a Thelonius con toda su soberbia y contradicción, sabedor de que personaje debe dar el do de pecho cuando se enfrenta a su familia. La escena en la que discute con una alumna de pelo azul a cuenta de la palabra “negro” en un título de Flannery O’Connor es hilarante, pero es la crisis de la mediana edad de Thelonius (con su madre, con su hermano, con su no-pareja) la que ocupa en realidad gran parte del relato de American Fiction, en la que el director Coro Jefferson se aproxima a esas crisis de la madurez que Alexander Payne ha afrontado en títulos como Entre copas, Nebraska o la también nominada (y excelente) Los que se quedan, pero con un sabor ciertamente insólito.
Como un Mr. Scrooge en tiempos recientemente psicóticos que han sustituido el ejercicio de la crítica por el juicio, American Fiction dispara con bala al postureo de la industria editorial a la vez que relata con tenacidad la depresión de un hombre quizá demasiado inteligente y pretencioso para su propio bien. Cuando Thelonius se queda mirando los zapatos inertes de una moribunda (no diremos quién) Wright se gana el corazón de los espectadores retratando a una persona que se queda sola, pero sería inútil no reseñar lo sangrante del comentario social de la película, su acerada crítica a ciertas pulsiones de censura intelectual: American Fiction es un melodrama verdaderamente ansioso de denunciar esa mafia política que parece haberse adueñado del panorama cultural a base de condescendencia con el objetivo de expiar sus propios miedos por la vía del negocio y venta de los mismos.
“Lo negro”, “mi gente”, son términos que provocan úlceras identitarias a Thelonious, que va a tener que decidir si vivir en un sistema o apartarse definitivamente de él. Compromisos que ciertamente pueden derivar en la más profunda infelicidad, por mucho que algunas de sus peripecias resulten razonablemente divertidas. El nuevo y bonito logo de la recuperada Orion con el que comienza American Fiction nos anuncia, en cierto modo, una película de otra época sobre esas etiquetas identitarias que vienen impuestas de arriba, elementos generalizadores que despersonalizan y, al final, reducen nuestra capacidad de elección a Coca-Cola o Pepsi, o más bien a Johnnie Walker etiqueta roja o etiqueta negra.
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