La escritora londinense Lisa Jewell prosigue sus superventas con la novela de suspense Aún siguen aquí (Crossbooks), que continúa la historia del anterior, Dentro de Casa (Crossbooks, 2023), y que la autora ha calificado de «salvaje, oscuro y compulsivo» en una entrevista con EFE este lunes.
La escritora ha confesado que no le gusta escribir secuelas porque disfruta más empezando nuevas historias, pero que en este caso decidió «hacer una excepción» porque se lo pidió un montón de gente, en referencia a sus lectores, que fueron más de diez millones en Estados Unidos y 20.000 en España.
Aun así, ha reconocido que en esta ocasión está contenta de haberlo hecho porque lo pasó muy bien escribiendo la segunda parte, «mucho más de lo que pensaba», además de haber tenido la oportunidad de «explorar en profundidad» los personajes que más le habían interesado.
Aún siguen aquí gira alrededor de la aparición de una bolsa llena de huesos a la orilla del río Támesis, un misterio que llevará al inspector de policía Samuel Owusu a volver a la mansión de Chelsea en la que, 30 años antes, fueron hallados tres muertos y un bebé abandonado (la protagonista de la precuela de esta historia).
Aunque la novela continúe con el relato de Dentro de casa, Jewell asegura que, por cuestiones editoriales, sabía que tenía que poder entenderse sin haber leído el primero, lo que le supuso un reto por la «dificultad de encontrar el equilibrio» entre dar suficiente información a los nuevos lectores sin que «refrenase» a los antiguos.
La dimensión psicológica del terror
«Una novela negra sin el aspecto psicológico no creo que funcione porque es demasiado mecánica y fría», ha declarado la escritora, que asegura que a ella tampoco le interesa tanto el crimen, «sino qué lleva a la persona a cometer ese crimen, cómo reacciona la víctima y la familia, o cómo se siente el detective».
A su juicio, «mover las piezas y los personajes de página a página está bien, pero no es tan gratificante como pasar tiempo en la cabeza», una dimensión psicológica muy presente en sus escritos, que, según Jewell, contribuye a que el lector conecte con los personajes.
En este sentido, también destaca la importancia de contar el pasado de los personajes. «Tienes que saber esas pequeñas cosas para que tengan sentido y sean interesantes de escribir y de leer», aunque insiste en que hay suficiente con saber «cuatro momentos realmente punzantes y profundos que les marcarán».
Para explicar esta historia, Jewell ha trabajado con múltiples voces y narrativas a la vez, una combinación que aporta «distintos ángulos y puede generar dudas sobre qué es real y qué no», algo que hace más «interesante» la lectura y la escritura, ya que la autora «no podría escribir de otra manera».
Una de las narrativas destacadas de la novela, y otro de los motivos que le impulsó a adentrarse en esta nueva entrega, es la del personaje de Michael, un maltratador de quien ha querido explorar su relación abusiva con su esposa, Rachel.
«Me gusta escribir sobre estas relaciones porque ya las he tratado», explica Jewell, que dedicó sus primeras novelas a historias cotidianas y al género del romance, un ámbito que ahora ha sustituido por el de la narrativa negra, donde siente «más libertad».
Asegura que no escribirá una tercera entrega de esta saga porque considera que «el final está muy bien y es satisfactorio», aunque, a raíz de la curiosidad de los lectores por Henry (también protagonista de la novela anterior), no descarta dedicar un libro a este personaje en el futuro.
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