“Buenas noches, Perú. Este país me trae muy buenos recuerdos, así que acompañadme, porque vamos a lanzar un grito que nos oigan de aquí a Lima… ¿Preparados?”
(Frase que da inicio al Lp en directo One night in Cajamarca (2003))
Por su dominio de los agudos, cantantes como Rob Halford, Ian Gillan o Robert Plant podrían ser considerados como sucesores de Farinelli el Castrato sino fuera porque, por diferenciarse de su emasculado antecesor, o por mostrarse como super-machos en un sentido casi tribal, solían llevar unos pantalones tan ceñidos que, además de ayudarles a alcanzar los rangos más altos, les hacían lucir sus atributos de tal manera que incluso la columna de Trajano padecería problemas de autoestima. El Heavy del Bigotón, que si siempre vestía mallas no era como homenaje a ningún pueblo precolombino, también dominaba estos registros tal y como muestra la anécdota reflejada en estas viñetas.
No fue el único percance que tuvo con unas cristaleras: según algunas fuentes vivió un breve pero tórrido romance con Yma Súmac, cantante peruana y supuesta princesa inca de prodigiosa voz y por cuyos estratosféricos agudos se dice que podía comunicarse con los pájaros; por lo visto una noche se citaron en un hotel de Cajamarca para dar rienda suelta a su pasión, y quizás por aquello de desfogarse al soprano modo, los ventanales de las plantas terceras, cuarta y quinta acabaron hechas añicos mientras que todos los demás resultaron resquebrajados. No está claro que fruto de ese suceso Yma Súmac publicase Miracles, único de sus discos en coquetear con el rock, pero parece evidente que fue la causa de que desde entonces los cristaleros cajamarquinos tengan marcado el 17 de noviembre como día festivo en el calendario.
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