Bella Mackie: «Todos hemos querido matar a nuestra familia en alguna ocasión»

Lo primero que debes conseguir es un buen título, uno de esos que se recuerde, que anime a comprar y tenga un mensaje fácil de transmitir. Mackie lo ha logrado con el de su libro, Cómo matar a tu familia. ¿No os parece magnífico? Directo a la yugular y a tu bolsillo. La escritora comenta sobre él: «Todos hemos querido matar a nuestra familia en alguna ocasión. Nunca el amor y el odio están tan cercanos como en esta relación. Nadie te va a dar más amor y seguridad y tampoco nadie te va a hacer sentir más inseguro y te va a enfadar tanto como tus familiares. Mucha gente comenta en broma la posibilidad de matar a su cuñado o a sus suegros, por ese motivo el título funciona muy bien como un chiste aunque sea una cosa seria».

Luego es el turno de la imagen: necesitas una portada que sirva para compartir en IG y que genere conversación. La de Cómo matar a tu familia (Suma) ha estado todo el verano en los carteles del metro de Londres. Tiene un color atractivo, una tipografía clara y legible, un buen subtítulo y la chica con la pala de enterradora refuerza el mensaje del título. Huye de imágenes que no tienen nada que ver con tu novela, de letras abigarradas combinadas de forma imposible y de apilar frases de otros (amigos) escritores sobre tu libro: el lector es el que tiene que opinar de él.

Se me olvidaba: una vez que ya has seducido a tus compradores para que se gasten el dinerito en tu obra, tienes que hacer que la lean. Y para lograrlo tienes que hacer que liberen endorfinas a cada página. Eso solo se consigue con un gran personaje —y Mackie lo tiene: Grace Bernard—, con un ritmo endiablado —el de esta novela realmente lo es—, y con un cliffhanger —el que nos vende Bella es mayúsculo— que te deje con la boca abierta, pensando durante un largo rato por qué lado nos ha dado el sopapo. La escritora nos lo explica así: «El final del libro ha sido polémico y a muchos lectores no les ha gustado. Algunos me han enviado mensajes y me han dicho: «He disfrutado del libro pero no con el desenlace». Yo cambié el final que había escrito inicialmente porque no quería uno complaciente. Vivimos en un mundo de adultos, no en uno de niños».

Si has logrado todo lo anterior, tienes bastantes papeletas para que tu novela funcione, pero para convertirla en un auténtico best seller —Bella Mackie ha vendido, nada más y nada menos, que un millón de ejemplares de su obra; lo pongo en número que impresiona más: 1.000.000 de libros— necesitas seguir echando ingredientes al guiso. Por muchas especies que le utilices, por muchos condimentos que uses, tiene que haber un sabor que resalte por encima de los demás: amargo, agrio, dulce, salado… En el caso Cómo matar a tu familia hay un sentimiento que da significado a toda la historia: la venganza. Bella afirma sobre este punto: «La venganza es un sentimiento muy presente en la literatura, con novelas tan famosas como El conde de Montecristo. Muchas veces planteamos el fin de nuestras relaciones personales como una venganza: voy a tener un nuevo novio o novia para hacer sentir celos a mi ex. En muchas ocasiones no tiene que ser una venganza violenta».

Y esa venganza de la que habla Bella debe realizarse contra alguien. En el plano corto, Grace la emprende con su familia política, la que no quiso aceptar a su madre por sus orígenes humildes, y a la cual repudiaron cuando se quedó embarazada. Pero toda esta revenge tiene un fondo oscuro. Hay en la acción que emprende Grace una clara reivindicación, la de su madre soltera, que no tuvo demasiadas opciones; otros eligieron por ella. Aunque según aclara la autora: «Nunca fue mi intención escribir una novela feminista o manual sobre feminismo». Comprobamos a través de las páginas de esta historia cómo —afortunadamente— ha evolucionado la posición de la mujer y también descubrimos —desgraciadamente— a una generación de hombres que han crecido viendo porno y que tienen una visión distorsionada de lo que espera una mujer de una relación sexual. Pero no se para ahí la crítica, también nos encontramos en el texto una denuncia de ese clasismo tan British: «Es muy difícil acabar con el clasismo en Gran Bretaña. Me imagino que sucederá igual en otras culturas y en otros países, pero aquí, aunque ganes mucho dinero, si no perteneces a un determinado grupo seguirás siendo de segunda categoría. No tengo una respuesta para saber por qué en Reino Unido está tan arraigado. Quizás sea porque somos una nación muy tradicional y conservadora. No nos gustan los cambios».

Convertida en una perfecta Villanelle —cuántas semejanzas con los mejores momentos de la protagonista de Killing Eve—, Grace se transforma en una justiciera que lucha contra una oligarquía tóxica, contra una casta de superricos sin la más mínima empatía, convencidos de poseer el arma que les hace invencibles: la impunidad. La misma de la que se sirvieron el magnate Harvey Weinstein, denunciado por el #MeToo por sus abusos sexuales, y la dinastía de los Sackler —los Médici de los opiáceos—, que hicieron una fortuna convirtiendo en drogadictos a millones de norteamericanos con la Oxy. La familia política de Grace encaja perfectamente en cualquiera de esos referentes que acabo de mencionar.

¿Qué tal pinta tiene el menú degustación que nos ha cocinado Bella Mackie? A mí me ha gustado, pero estos platos tan bien diseñados y ejecutados no habrían sabido igual sin una salsa de sabor sutil, el humor negro británico y la herencia inglesa de la novela-enigma. Bella Mackey tenía claro en quién inspirarse: «Agatha Christie fue un referente, porque yo no quería hacer algo gore, violento, sangriento. Ella fue un genio que escribió un montón de obras maestras del género. El humor británico también está presente en lo que he escrito». Y aunque los asesinatos no fuesen macabros, Mackie se empapó tanto de técnicas para asesinar que, como nos relata, «mi familia y mis amigos me hacían bromas sobre la cantidad de formas de matar que había aprendido. Mi padre fue una de mis mejores fuentes porque es un gran aficionado a los true crimes y él me leía cuando era pequeña sobre estos asesinatos».

Ahora, después de haber firmado un best seller de un millón de copias, llega lo más difícil: escribir el siguiente sin sentir vértigo. Mackie nos explica: «Había escrito otro libro, pero me he dado cuenta de que no es lo suficientemente bueno y he tenido que hacer algo muy duro: borrar el trabajo de varios años. Y ahora tendré que empezar a escribir uno nuevo. Después de la excitación de haber publicado Como matar a tu familia, me ha venido el bloqueo que tienen los músicos con su segundo álbum. Nadie quiere ser un one-hit wonder (un grupo de un solo éxito). Está siendo duro, pero espero que escribir la tercera novela sea divertido». Y para superar ese bloqueo para sacar adelante su segunda novela, Bella tiene una receta: «Correr me ayudó en el pasado con mis problemas mentales, a superar la ansiedad. Ninguna terapia, ninguna medicina me ha ayudado como lo ha hecho este deporte. Cuando corro me siento segura, tengo la seguridad de tener el control».

Bella Mackie, con Cómo matar a tu familia, ha hecho lo más difícil: llegar al lector de thrillers, al de best sellers y también a los que solo leen un libro al año y han elegido el suyo. ¿Cómo lo ha logrado? En el artículo creo que hay muchas pistas, pero por si acaso hago un resumen final: una imagen muy cuidada e impactante, un título extraordinario, un personaje protagonista con el que conectas desde la primera página, aunque se dedique liquidar a gente, un ritmo frenético que se apoya en la simultaneidad del relato gracias al uso de la primera persona y del presente como tiempo verbal, y un final… Bueno, lo del desenlace, como lo de los gustos y los colores. ¿A qué esperas para escribir tu éxito de ventas? Como no te des prisa, la IA te comerá la tostada.