Deprecated: Methods with the same name as their class will not be constructors in a future version of PHP; GDLR_Import has a deprecated constructor in /var/www/vhosts/zenda.trestristestigres.com/httpdocs/wp-content/plugins/goodlayers-importer/goodlayers-importer.php on line 28
Agustín Rivera: "Hiroshima y Nagasaki son dos ciudades que han tenido mucha resiliencia" - Zenda
Warning: is_dir(): open_basedir restriction in effect. File(/usr/share/nginx/html/wp-content/plugins/wpdiscuz/themes/default) is not within the allowed path(s): (/var/www/vhosts/zenda.trestristestigres.com/:/tmp/) in /var/www/vhosts/zenda.trestristestigres.com/httpdocs/wp-content/plugins/wpdiscuz/forms/wpdFormAttr/Form.php on line 157

Agustín Rivera: «Hiroshima y Nagasaki son dos ciudades que han tenido mucha resiliencia»

Su autor, el periodista Agustín Rivera, explica en una entrevista con Efe que este trabajo reúne las voces en primera persona reunidas en sus sucesivos viajes a Japón desde 1995 y durante su etapa como corresponsal en ese país. «Cada vez quedan menos supervivientes, y muchos de los que quedan no pueden hablar por sus...

El dolor por el recuerdo, el estigma o el sentimiento de culpa son algunos de los denominadores comunes de los hibakusha, quienes sobrevivieron a las bombas atómicas lanzadas por EEUU sobre Japón en 1945, como recoge el libro Hiroshima: Testimonios de los últimos supervivientes.

Su autor, el periodista Agustín Rivera, explica en una entrevista con Efe que este trabajo reúne las voces en primera persona reunidas en sus sucesivos viajes a Japón desde 1995 y durante su etapa como corresponsal en ese país. «Cada vez quedan menos supervivientes, y muchos de los que quedan no pueden hablar por sus dificultades, porque tienen alzheimer o han perdido la memoria», señala Rivera. Pero sobre todo, resalta, «hay mucho estigma»: «Muchos no han contado que eran supervivientes hasta una edad muy avanzada, porque si lo hacían podían perder el empleo o tenían dificultades para encontrar pareja o para tener hijos». Ha querido recoger los testimonios no solo de la primera generación de hibakusha, sino también de sus hijos y nietos, y no relatar únicamente lo ocurrido el 6 y el 9 de agosto de 1945, sino contar además «cómo era su vida antes y después» de las bombas.

«Hiroshima y Nagasaki son dos ciudades que han tenido mucha resiliencia. En el libro he intentado destacar que hoy son ciudades alegres, modernas y cosmopolitas, que poco a poco van superando el trauma, sin olvidar lo que pasó pero mirando hacia adelante». Precisa que consideraba «muy importante hablar de Nagasaki, una ciudad injustamente olvidada, porque parece que todo pasó en Hiroshima, pero en proporción allí fueron mucho más graves los efectos». En esto influye que Hiroshima «está más cerca del clásico circuito turístico Tokio-Osaka-Kioto, y que hasta hace poco tampoco llegaba el tren bala hasta Nagasaki, pero es una ciudad con mucho encanto».

Entre los testimonios abunda «el sentimiento de culpa por sobrevivir o por no haber podido ayudar a otros afectados, como en el caso de Masayo Mori, «que se siente con culpa por no haberle dado agua a una niña de 6 años, y eso ha sido para ella un tormento durante toda su vida». «Es muy destacable que los japoneses no sienten odio ni deseo de venganza contra los americanos, e incluso sienten vergüenza y humillación, y piensan que si Japón no hubiese lanzado el ataque de Pearl Harbor EEUU no habría entrado en la Segunda Guerra Mundial y no habría habido guerra en el Pacífico». Para Rivera, «no hay dos países en el mundo que hayan sido enemigos tan íntimos y que unos años después hayan sido grandes aliados», y resulta «admirable» cómo los americanos «ayudaron a reconstruir Japón», país que en los años 80 y 90 «estuvo a punto de superar a EEUU como primera potencia económica mundial».

Añade que «hay una visión eurocéntrica en la que parece que las bombas atómicas fueron un desastre material, con las ciudades arrasadas, pero no había un elemento humano». «Durante muchos años las imágenes de cadáveres, de cuerpos carbonizados y de malformaciones fueron olvidadas y canceladas, por decirlo en términos actuales. No se abrió la veda hasta finales de los 50 y principios de los 60, y uno de los primeros testimonios artísticos fue la película Hiroshima mon amour, que hablaba de ese infierno». Insiste en que «ha habido un silencio» y ha cundido la idea «casi de que gracias a la bomba atómica terminó la Segunda Guerra Mundial, pero el Imperio Japonés estaba a punto de rendirse, con una debilidad manifiesta, y su única opción eran los pilotos kamikaze«. Sobre el bombardeo de Nagasaki, apunta que «la URSS estaba a punto de invadir Japón, y EEUU pensó que si no lanzaba esa segunda bomba atómica, Japón podría convertirse en un país satélite comunista o dividirse en dos, como Corea».

Otro testimonio que impactó a Rivera fue el de Takako Gokan, una superviviente que localizó en 2020 en un pueblo de Málaga, «que cuando tenía 11 años fue la única que sobrevivió en su clase, y que ha ocultado que era una hibakusha hasta hace veinte años». «Ahora hay jóvenes en Hiroshima haciendo pódcast o con canales en YouTube que, sin tener ninguna relación con los hibakusha, están reivindicando su memoria. Son voces que no tienen rencor y que siempre miran hacia adelante», resalta Rivera.

4.8/5 (6 Puntuaciones. Valora este artículo, por favor)

Zenda es un territorio de libros y amigos, al que te puedes sumar transitando por la web y con tus comentarios aquí o en el foro. Para participar en esta sección de comentarios es preciso estar registrado. Normas:

  • Toda alusión personal injuriosa será eliminada.
  • No está permitido hacer comentarios contrarios a las leyes españolas o injuriantes.
  • Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de tema.
  • Zenda no se hace responsable de las opiniones publicadas.
Notificar por email
Notificar de
guest

1 Comentario
Antiguos
Recientes Más votados
Feedbacks en línea
Ver todos los comentarios
Ricardo Lapin
Ricardo Lapin
1 año hace

Es cierto que hay que ver y conocer a las víctimas, A todas. Pero hay también una mala costumbre hoy de sacar cosas de contexto, de darles interpretaciones políticamente correctas, progres y buenas. Tras la tragedia de los hibakusha hay millones de víctimas del terror nipón en China, en Filipinas, en Birmania. ¿Que Obama pida perdón? ¿Algún japonés pidió perdón por el trato a prisioneros de guerra ingleses, australianos o americanos? Un sadismo gratuito que compite con los nazis. Y a la hora de la bomba, los japoneses se suicidaban uno por uno, pilotos kamikazes como soldados fanáticos del emperador. El estado mayor americano calculaba un millón de muertos más para rendir a Tokio ¡Un millón de soldados más, en 1945! Que implica otros 5 millones de heridos y mutilados. La bomba en ese contexto real- ningún soldado se iba a rendir, basta de cuentos- estaba más que justificada, con una guerra que , a recordar los hechos, comenzó con el ataque japonés a Pear Harbour ( y olvidemos las animalidades japonesas previas en Manchuria y China). Y es cierto: EE.UU será el cuco malvado que vencerá la guerra fría aunque pierda en Vietnam, pero por favor, a no mentir por omisión o por parcialidad. Los hechos y los datos cuentan de un Japón militarista, cruel, brutal. Sin bomba hubiera habido otro año de guerra mundial, o más.

suscríbete a nuestra newsletter

Recibe cada semana una selección de los mejores contenidos de la web, ¡No te lo pierdas!

[contact-form-7 id="6d737e1" title="Formulario de newsletter"]