El último título de Javier Moreno, Magnífica desolación, contiene cuatro cuentos largos que indagan en los límites que separan la realidad de la ficción, así como en el modo en que el mundo digital y la inteligencia artificial transforman nuestras vidas. Enrique Vila-Matas ha dicho de Javier Moreno que es «un autor, literalmente hablando, muy ambicioso». Y este libro da fe de ello.
Javier Moreno explica en este making of el proceso de gestación de Magnífica desolación (Candaya).
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Todo el mundo conoce la frase que Armstrong pronunció al poner el pie en la Luna. Ya saben, aquello de “un pequeño paso para el hombre pero un gran salto para la humanidad”. Pero mi favorita es sin duda la de su compañero Aldrin al echar un vistazo a la superficie de nuestro satélite: “Magnífica desolación”. Es la desolación magnífica del paisaje calcinado, de lo que nunca nadie ha transitado, de los amores extintos. Toda la épica y la lírica condensadas en un par de frases. Siempre pensé que los guionistas que no acababan en Hollywood terminaban trabajando para la NASA. O quizás fuese a la inversa.
"La escena se repite en cada uno de sus capítulos, parecida y sin embargo distinta. El recuerdo como género autobiográfico. Un amor que declina o que tal vez renace"
Las historias de Magnífica desolación tratan sobre el desengaño, pero, aparejado a ello, también tratan del amor y la amistad, o lo que sus personajes creyeron que eran el amor y la amistad. Los cuatro relatos, en principio exentos, guardan sin embargo resonancias en cuanto a la temática, pero también se repiten (con variaciones) ambientes, escenas o nombres de personajes. En un mundo como el actual, bendecido o amenazado (según la opinión de cada cual) por las inteligencias artificiales, se me ocurrió la idea de un libro de relatos que fuesen distintas variantes del resultado que una inteligencia artificial literaria ofreciese tras una cadena de búsqueda hecha a base de un puñado de nombres, de escenarios y de emociones. Como una especie de ChatGPT entrenado con La invención de Morel. Uno de los elementos de esa cadena sería la confusión entre la realidad y la ficción. Así, en ‘Pentimento’, el primero de los relatos que componen el libro, un escritor viaja a un paraje montañoso para pasar una temporada en una cabaña. Tanto el paraje como la cabaña son muy similares a los que aparecen en su última novela. Hay algo siniestro en mudarse al escenario de la propia ficción para emular (o todo lo contrario) a los personajes de tu historia. En ‘El cielo de Madrid’ es un profesor universitario quien simultanea su —en apariencia— apacible vida junto a su mujer y sus hijas con la inmersión en una realidad virtual (AltLife) donde prosigue la aventura con una antigua alumna. En ‘Los reinos de lo irreal’ tuve que viajar a Chicago, aunque fuera de manera virtual. Las nuevas tecnologías permiten conocer restaurantes, recorrer calles y visitar parques de casi cualquier lugar del mundo sin moverse del sofá de casa. Después de horas y horas de turismo virtual, puedo decir que conozco muy bien la ciudad de Chicago sin haber puesto nunca el pie en ella. La fotógrafa Vivian Maier y el artista y escritor Henry Darger fueron dos chicagüenses que murieron sin saber que habían legado una gran obra. Lo peor es que el mundo tampoco se enteró hasta mucho más tarde. Ambos me interesaban y descubrí que, a pesar de la diferencia de edad, tenían mucho en común. A partir de ahí me impuse el reto de fabular una amistad entre ellos mientras transitaba por los escenarios por los que transcurrieron sus vidas. En el cuarto relato, ‘Magreb’, un hombre y una mujer charlan en la cafetería de un hotel de Marrakech. La escena se repite en cada uno de sus capítulos, parecida y sin embargo distinta. El recuerdo como género autobiográfico. Un amor que declina o que tal vez renace. Otra vez la historia del huevo y la gallina.
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Autor: Javier Moreno. Título: Magnífica desolación. Editorial: Candaya. Venta: Todos tus libros, Amazon, Fnac y Casa del Libro.
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