El enfant terrible de las letras belgas, Dimitri Verhulst, acaba de publicar nueva obra, Nuestro corresponsal en el vacío (Bunkerbooks). Hace unas semanas el autor visitó Madrid y Barcelona para presentar esta obra, un título intimista y provocador, un exorcismo literario que se lee en un sorbo de palabras.
Verhulst se confesó muy unido emocionalmente a nuestro país —había vivido una temporada en nuestro país, en Barcelona— y mostró su agradecimiento al editor que ha traído este nuevo título del autor de La miseria de las cosas a nuestras librerías.
Verhulst desveló que, en numerosos países (su obra ha sido ya traducida a más de veinte idiomas) los editores arriesgan su vida al traducir y publicar sus libros, por ello se mostró muy agradecido a su editorial iraní que es ejemplo de este empeño.
Dimitri Verhulst, cuya tercera obra le ha traído de gira española, está detrás de La miseria de las cosas —adaptada al cine en 2009 y representante de su país en los Oscar, además de cosechar numerosos premios en festivales como Cannes—.
En Nuestro corresponsal en el vacío el autor desata sin tapujos una voz interior que no entiende de pudores y sonrojos. Estamos ante una novela que nos conduce cuesta abajo hacia el precipicio. Su protagonista, alcohólico, cocainómano y escritor desvela en una agitada conversación en primera persona una hipocondría exagerada, un narcisismo apabullante y una adicción hacia la literatura y hacia la nada que nos mantendrá aferrados a esta novela hasta la última de sus páginas.
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