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Cartas a Mateo X: Miedo (al mundo de mañana) - Zenda
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Cartas a Mateo X: Miedo (al mundo de mañana)

La gente celebra entre todos los cantos el postrero, el más nuevo que viene a halagar sus oídos (Homero, Odisea, Canto I) Hace pocos días tu padre cumplió 45 años, lo que me sitúa claramente en la segunda mitad de mi vida y, con permiso de la ciencia y los telómeros, en una mitad que habrá...

La gente celebra entre todos los cantos el postrero, el más nuevo que viene a halagar sus oídos

(Homero, Odisea, Canto I)

Querido Mateo,

Hace pocos días tu padre cumplió 45 años, lo que me sitúa claramente en la segunda mitad de mi vida y, con permiso de la ciencia y los telómeros, en una mitad que habrá de ser más corta que la primera. Como te decía en ocasiones previas, es probable que el tono de estas cartas esté fuertemente influido por la acumulación lenta e inexorable de años: reconozco que, en mi caso, el paso del tiempo ha ido causando estragos en la forma que tenía de ver el mundo, de relacionarme con los otros, e incluso de considerarme a mí mismo. Especialmente en esto último: de joven puedes tender a sobrevalorar tus capacidades, a cometer el error de considerar que lo que ves, lo que conoces, es todo lo que hay. Y siendo un error tan obvio, sorprende la facilidad con que uno, muchos, podemos caer en él durante no poco tiempo. No me entiendas mal: sigo sin saber nada, pero al menos ahora soy bastante más consciente de ello y trato de obrar en consecuencia.

"En lo que resulta más visible, tenemos un conflicto armado abierto en Europa, que es ya una guerra mundial en lo económico"

Sobre todo, te lo he repetido en varias ocasiones, la cautela se ha disparado desde que tú naciste: cada error que llegue a cometer ahora no me afectará solo a mí, y hasta el momento nunca había sentido tanta responsabilidad con respecto a nada. Porque, querido Mateo, otra fase que no por repetida y vieja deja de ser aplicable a la época presente, es la que afirma que las cosas están bastante complicadas.

En lo que resulta más visible, tenemos un conflicto armado abierto en Europa, que es ya una guerra mundial en lo económico. Precios, singularmente de la energía y el combustible, en niveles inimaginables, donde en semanas o meses el coste de determinados bienes aumenta en porcentajes totalmente inasumibles para las personas que los tienen que usar. La bolsa en caída libre, el repunte de los intereses que los estados deben pagar para que los inversores compren sus bonos… En fin, una economía que se encuentra en estado muy grave y, lo que resulta igual de malo o casi peor, sin que ningún doctor tenga para nada claro qué se debe hacer, o dejar de hacer.

"Te imagino leyendo estas cosas dentro de 20 años y muriéndote de la risa por la ingenuidad o la necedad de estos comentarios"

Luego aparece lo que resulta menos visible, el tipo de cuestiones que se van cocinando a fuego lento, subiendo la temperatura de forma muy gradual para que el aumento sea llevadero. Te hablaba en alguna otra carta de la sociedad de los datos y la organización de la misma en base a los nuevos y cada vez más sofisticados algoritmos. En esta línea que podríamos llamar, a riesgo de ser poco precisos y demasiado efectistas, la de la amenaza digital, he leído en fechas recientes acerca de los progresos realizados con inteligencias artificiales, y cómo algunos de los investigadores participantes en proyectos de desarrollo financiados por las grandes multinacionales del dato opinan que ya hemos llegado al punto en que se puede considerar que se trata de vida inteligente, que piensa pero también siente, creada de forma artificial. Por supuesto, otros expertos matizan bastante esa línea de pensamiento, cuando no se oponen directamente, pero considero que el mero hecho de que exista el debate supone un salto cualitativo muy relevante.

Me pasa con cada cosa que te escribo, Mateo, pero especialmente en todo lo relativo a tecnología: te imagino leyendo estas cosas dentro de 20 años y muriéndote de la risa por la ingenuidad o la necedad de estos comentarios, una vez transitado el camino que la ciencia haya seguido hasta ese punto donde los recibas. Yo mismo podría pensar en un ejemplo parecido, sin ir más lejos con el cambio de paradigma (diría que social, sin duda económico) que supuso la aparición de internet, y todo lo que he ido viviendo desde entonces. En tu tiempo sonará casi alienígena decir que alguien conoció un mundo donde no existía internet, pero a mí me tocó vivir esa transición.

"Hay quien se pregunta cómo podrán progresar la cultura y el mundo de las ideas bajo las nuevas pautas de corrección política"

También en relación con la tecnología, pero de una forma indirecta, tenemos un debate no menos interesante sobre si en una sociedad como la que viene, como la que comienza a estar ya presente, hay todavía espacio para la literatura. No para el libro de papel como objeto, digamos tradicional, frente a otros soportes o formatos, sino para el mero hecho de que existan obras literarias, por un lado, y de que las personas las lean, por otro.

Sobre la existencia de los contenidos, hay quien se pregunta cómo podrán progresar la cultura y el mundo de las ideas bajo las nuevas pautas de corrección política, con la escrupulosa lupa de redes sociales y grupos de interés puesta sobre todo lo que se genera, en busca de clasismos, patriarcados, fobias del tipo que sean, etc. Es decir, si un personaje de novela no puede ser machista, o un delincuente, o fumar estupefacientes, porque luego el libro tendría problemas en pasar por el circuito que lo conduzca al lector, estamos comenzando, de hecho ya estamos transitando, por un camino muy enrevesado que no permite ver claramente su destino. Estamos, tal vez, viviendo lo que muchos libros han descrito ya hace tiempo sobre censura, pensamiento único, reescribir el pasado, etc.

"No me entiendas mal, Mateo: como te decía al comienzo, soy consciente de que no estoy en disposición de opinar"

En relación con la otra cara de la moneda, los lectores, sucede algo parecido: sistemas educativos y valores sociales en franco declive, por decir algo, alternativas de ocio casi infinitas, generación de una realidad paralela virtual que ocupa casi todo el tiempo de los niños… De aquí parece cada vez menos probable que puedan seguir surgiendo mentes despiertas con ganas y capacidad de leer nada, pese a que (hay que decirlo todo) las cifras que miden tasas de lectura hasta los 14 años sigan siendo muy buenas.

No me entiendas mal, Mateo: como te decía al comienzo, soy consciente de que no estoy en disposición de opinar (y disculpa si he llegado a hacerlo, aunque fuese de soslayo), pero sí creo que merece la pena hacerse las preguntas y leer lo que los expertos en cada tema opinan. O viceversa.

Muchos besos, hijo.

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Octavio Pernas

Octavio Pernas vino al mundo en Ferrol, a la orilla del Océano Atlántico, hace ya más años de los que a él le parece. Es Licenciado en Veterinaria, aunque los animales han tenido suerte de que una tesis doctoral lo alejase muy pronto de la práctica clínica. Desde entonces, ha trabajado siempre en el ámbito de la investigación, pero ha vivido todo ese tiempo en el mundo de los libros. Autor de “La sonrisa del espejo”, publicada por Editorial Titanium en 2020, año que él recordará siempre por el nacimiento de su hijo Mateo, a quien dedica estas Cartas. En ellas, aspira a dejar abierta una ventana para que él pueda asomarse a la realidad de un particular mundo de ayer, cada día un poco más lejano, en el que las manzanas sabían a manzana, los músicos tocaban en directo, se veía la vida pasar en la calle, en lugar de leerla en la pantalla de un teléfono móvil y, por encima de todo, los niños tenían tiempo de serlo.

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