La relación con su madre y su abuela, la filosofía e incluso la propia genética se funden en Madres, padres y demás, una noria de ensayos en los que la escritora estadounidense Siri Hustvedt se revela literariamente contra la misoginia del pasado y la del presente: «La imagen y la elevación de la mujer da pie a furias y rabias».
Es un tema que aborda de manera poliédrica a través de ensayos sobre su relación con su madre, con su abuela, su hija, así como sobre sus vivencias o lecturas de escritoras o artistas que siempre están presentes de alguna manera en su obra: Jane Austen, Emily Brontë y Louise Bourgeois. Por eso, en Madres, padres y demás hay filosofía, recuerdos y genética, para reflexionar sobre los distintos niveles en los que opera la misoginia en la sociedad pese al avance del feminismo. «Cuanto más mayor me he hecho más he empezado a notar que lo que falta en esta narrativa, tanto filosofía como literatura, cualquier terreno, es igual de importante a lo que está (…). Esto de que biológicamete estamos conectados con la persona que nos da la vida se ha suprimido, y creo que es hora de mirar muy de cerca cómo funciona esa supresión», ha afirmado.
Si bien en estas páginas Hustvedt ha escrito que el futuro es la tierra de nuestras expectativas, la ganadora del Premio Princesa de Asturias de las Letras en 2019 ha contado que en la actualidad estamos viviendo un «momento de crisis global» que no se «limita» al hecho de que «todo el planeta está en manos de un virus. También tenemos Ucrania, que es el ejemplo más claro de lo que es una agresión, y es horripilante, y todo esto ejemplifica el deterioro de la democracia, con lo cual nos estamos aferrando de un hilo a un futuro que o bien abrazará los valores plurales y demócratas o se tendrá que retirar. Y esa batalla es la que se está librando y no estoy segura de lanzar una predicción. Lo que sí me da la impresión es que lo que hagamos ahora es sumamente importante», ha añadido.
Pero en esta obra Hustvedt lanza otros dardos: «La maternidad puede ser una camisa de fuerza para la mujer». Pero lo hace con esa ironía y fino humor al que tiene acostumbrados a sus lectores. «El miedo es lo que esta detrás de todo eso, el miedo ante el hecho de que todos nacemos del cuerpo de otra persona, de un ser femenino, y la cultura se aterroriza de esta realidad. Dependemos de ese cuerpo y, en lugar de decir que es maravilloso, la represión y la denigración crea una furia tal y una rabia que se ejerce sobre el proceso del embarazo», ha apuntado.
Asimismo, el lector también podrá conocer cómo la misoginia la ha vivido también por estar casada con el escritor Paul Auster. Lo hace a través de una anécdota que le sucedió con un seguidor de su pareja y de Bajtín, un teórico ruso que, quien realmente sabía de él era ella. «Ser consciente de lo que va todo esto es importante, de que la mujer se supone que no ha de saber más que el hombre, sobre nada, el hecho de que yo y mi conocimiento somos una bofetada en la cara de las jerarquías establecidas. Y esto da miedo o rabia. Yo soy un ejemplo con patas de que esas jerarquías no son de verdad», ha reconocido.
Eso sí, una vez entendió lo que pasaba fue «muy liberador»: «Ahora se cómo reaccionar. Ahora es incluso más divertido, porque es ridículo y me da la risa, pero me llevó mucho tiempo, me han hecho mucho daño este tipo de hostilidades».
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