Como los humanos, también muchos pececillos de plata buscan encontrar pareja en las páginas de citas: sí, esas que se encuentran al inicio de los libros con alguna frase memorable de otro autor. El motivo para quedar allí es porque son hojas donde hay más espacio en blanco para pasear, bailar o conocerse. Si el encuentro es exitoso, los insectos, acaramelados, avanzarán unas páginas más buscando un lugar apartado, y allí, aprovechando la intimidad que ofrece el espacio que hay entre párrafo y párrafo, darán rienda suelta a su pasión.
Se denomina cita a ciegas cuando ésta transcurre en un libro escrito en braille, y se dirá que la pareja se ha conocido en sentido bíblico si el encuentro se ha producido entre las páginas de las Sagradas Escrituras. En el caso de que la relación prospere, se formalice y alargue en el tiempo, quizás...
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