Ángela García (Medellín, 1957) es poeta y traductora. Estudió Ciencias de la Comunicación en la Universidad de Antioquia y fue cofundadora del Festival Internacional de Poesía en Medellín. Actualmente vive en Suecia. Algunos de sus libros de poemas son Entre leño y llama (1993), Rostro de agua (1997), Farallón constelado (2003), De la fugacidad (2005), Veinte grados de latitud en tres horas (2006), Todo lo que amo nace continuamente (2010), Retablos del movimiento (2013) y Apuntes para el ejecutante (2014).
Se arrodillan para beber nace del trato contemplativo con la palabra. Por la palabra los actos vuelven, con sus grados de temperatura, con su clima de riesgo. La palabra bebe esa distancia y se embriaga de un ulterior entendimiento sobre lo vivido, semejante al relato de un sueño, mientras los cuerpos son entes históricos que señalan la encrucijada de su destino. Es un libro que se abre y se cierra varias veces, y en esa reiteración se halla la revelación, la exaltación y la crudeza.
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Por supuesto no el poder practicable en alguien más que en mí,
no para decir esto es mío, sino para decir esto soy.
Puesto que aun así ningún poder alcanza,
acercarme a un dominio propio.
Ejercer alguna de las pocas libertades que existen,
la de pulsar mi nombre mientras pasa.
¿O se agotará más pronto como los fuegos voraces?
¿Cuál alegría es mejor? ¿Cuál tristeza más soportable?
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EL PIANISTA
Recuerdo sus largos dedos desatados
sobre las teclas negras y blancas.
Se diría que la puerta fue la mirada
con la señal de abundancia.
Se diría que fue el abrazo acuñado con lentos
besos ensartados en la nuca, en las sienes,
resbalando, imitando al aceite,
precipitándose, imitando al agua.
Recuerdo sus dedos pulsando invisibles
la arborescencia abstracta entre mis muslos,
rasgueando el acertijo sinfónico de la sangre,
el cuerpo encrespado en racimo.
Llamaríamos puerta a esa noche única
pero era solo el cobertizo.
Puerta fue la pérdida de los límites,
el desgajamiento, la vacuidad del rayo.
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Un árbol y una casa
creciendo en la escritura,
conteniendo inocentes otros universos,
sobresaltos de grillos,
silenciosa paciencia de arañas,
gorjeo de niños,
muda filigrana de las estaciones.
Si no escribiera, me perdería.
Correría el riesgo de creer
lo que otros dicen que soy.
Correría el riesgo de dejar incompleto
lo que otros creen que soy.
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¿Es una parte de tu cuerpo que me inventa?
¿O es una forma de mi deseo?
¿Cómo se llama ese lugar
donde el deseo de los dos desemboca?
Arráncame de la historia,
remólcame a mi propia hechura,
seamos los que mueren,
seamos los que nacen.
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VERSIONES DE NARCISO
Entremos más adentro en la espesura.
SAN JUAN DE LA CRUZ
Ya no conozco mi cuerpo, conozco mis bordes.
Tienen el color de la leña cuando arde,
membranas azuladas.
En este taller no hay verdades o mentiras:
desprovistos de futuro,
espesamos la resina del aliento mutuo,
la redondeamos hasta convertirla en gema,
la guardamos en los ojos.
Te entrego mi sueño de hombre.
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Autora: Ángela García. Título: Se arrodillan para beber. Editorial: Visor Libros. Venta: Todos tus libros.
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