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Ganador y finalistas del concurso de relatos #elveranodemivida - Zenda
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Ganador y finalistas del concurso de relatos #elveranodemivida

Han sido más de 650 los textos publicados en nuestro foro. El pasado martes los aspirantes quedaron reducidos a una lista de 10. Hoy, por fin, sabemos quiénes son los galardonados en esta edición de #elveranodemivida, un concurso de relatos patrocinado por Iberdrola. Puro veneno, de Rakel Ugarriza, ha sido elegida ganadora, y El verano inolvidable,...

Han sido más de 650 los textos publicados en nuestro foro. El pasado martes los aspirantes quedaron reducidos a una lista de 10. Hoy, por fin, sabemos quiénes son los galardonados en esta edición de #elveranodemivida, un concurso de relatos patrocinado por Iberdrola. Puro veneno, de Rakel Ugarriza, ha sido elegida ganadora, y El verano inolvidable, de Felipe Quiroga, y Souvlaki, de Jesús Mª Martínez-del Rey, son los dos finalistas. El primero se llevará 1.000 euros y 500 euros cada uno de los otros dos autores.

El jurado de esta edición está formado por los escritores Juan Eslava Galán, Juan Gómez-Jurado, Espido Freire, Paula Izquierdo y la agente literaria Palmira Márquez

A continuación reproducimos las historias premiadas.

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GANADOR

Autor: Rakel Ugarriza

Título: Puro veneno

Mamá estaba hecha de historias y olía a papel impreso, pero desde hacía unos meses parecía no encontrarse demasiado bien. Fue durante el último verano que pasamos los tres juntos cuando nos dimos cuenta de que su amor por los libros se había descontrolado.

Al descubrir el estropicio que mamá había preparado en la cuenta corriente, papá me cogió de la mano y pasamos toda una calurosa tarde de agosto de librería en librería mostrando su foto para que no la dejaran entrar más. No me atreví a contarle que hacía ya un tiempo que mi hucha cada vez pesaba menos.

En esos días las peleas entre ellos se volvieron constantes. Él intentaba de mil maneras distintas que ella sacara su cara de entre las páginas y nos prestara algo de atención, pero nunca tuvo éxito. Así es que al final le dio a elegir, o ellos o nosotros. Salimos perdiendo. Una noche a principios de septiembre no volvió y al día siguiente papá se deshizo de todos los libros que invadían la casa, o eso creyó. Escondí uno porque el veneno ya anidaba dentro de mí, y desde entonces me es imposible dormir sin hundir antes la nariz dentro de él.

FINALISTA:

Autor: Felipe Quiroga

Título: El verano inolvidable

Aquel verano, el verano inolvidable, hice muchas cosas. Vi una manada de bisontes salvajes. Estuve todo un día en silencio. Cociné con recetas inventadas. Jugué a encontrar formas en la textura de las piedras. Le puse nombre a una estrella. Soñé con un fuego que alumbraba pero no quemaba. Conversé con un hombre que había ido a la guerra y había vuelto sin matar a nadie, y que me dijo: “Lo que más me gusta del pasado es que es tan irreal como el futuro”.

FINALISTA:

Autor: Jesús Mª Martínez-del Rey

Título: Souvlaki

Rompió conmigo la noche de San Juan, el día de su cumpleaños.

«Se acabó», me dijo con la misma calma que, a nuestro lado, tenía el mar Egeo. No pude probar bocado del souvlaki que el camarero acaba de ponerme delante. Se acercó el propietario de la taberna. El hombre no entendía qué pasaba y yo no lo entendía a él. Ni a ella: la ruptura me había pillado por sorpresa. El souvlaki volvió intacto a la cocina y nosotros al hotel. Dormí en una hamaca, en la terraza. Y las tres noches siguientes; los amaneceres eran lentos, naranjas, volátiles como ella. El viaje de regreso a Atenas se lo pasó tumbada —leyendo— en la cubierta del barco, escondida detrás de un sombrero blanco: una fría escultura yacente al sol mediterráneo. En el avión a Madrid no me dirigió la palabra, miraba por la ventanilla.

Fui a su casa dos días después a recoger mis cosas. Mientras buscaba las llaves, escuché una voz de hombre y unas carcajadas; luego, los suspiros rítmicos de ella. Tiré sobre el felpudo la guía turística de las islas Espóradas: el viaje que le había regalado por su cumpleaños.

No he vuelto a verla.

Cuando alguna chica me dice ahora lo romántico que sería hacer un crucero por las islas griegas o que Venecia está preciosa en primavera, me asalta el olor maravilloso del souvlaki que no me comí. Dejo entonces de contestar sus mensajes y sus llamadas, y desaparezco.

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