Últimamente me encuentro agotada. Es un mal común en las mujeres, porque siempre sentimos que tenemos que hacer un esfuerzo extra para ganarnos un espacio en el mundo laboral. Por eso, para todas aquellas que del otro lado de la pantalla hoy sienten ganas de llorar de cansancio, para las que por momentos se preguntan si tanto sacrificio vale la pena, para las que sienten que por momentos la vida es injusta y que están constantemente reinventándose sólo para mantenerse a flote, les dejo esta lista de series que las anime a seguir. Porque la vida no es un camino en línea recta, tiene muchas bifurcaciones y fracasos que luego resultan llevarnos a un lugar que quizás no nos imaginábamos, pero que es igual o más prestigioso que el anterior. Y aunque suene a frase de sobre de azúcar, no quiero privarme de decirles que un día como hoy pasa, pero lo que sembremos quedará para siempre.
Lecciones de química (2023)
Elizabeth Zott es una científica especializada en química que cometió el grave error de nacer mujer en los Estados Unidos de los años 50. Como si eso fuera poco, es madre soltera. Víctima del machismo del entorno de investigación, de acoso y hasta de una violación, menospreciada y desterrada del ámbito académico, Elizabeth encuentra la forma de tener varios trabajos para mantener a su hija hasta que un día un productor le ofrece un programa de cocina en televisión.
El éxito del show le otorga a Elizabeth un espacio y una voz que aprovechará no sólo para explicar los procesos químicos que tienen lugar en la cocina, sino también para aplicar su pensamiento racional y señalar el mundo caprichosa e irracionalmente desigual para las mujeres.
La maravillosa señora Maisel (2017)
Cuando Miriam Maisel descubre que su marido la engaña, termina subiéndose a un escenario de stand up para compartir sus desgracias y descubre que el público la ama. Al fin tiene algo que es completamente suyo, que no pertenece a sus padres, hijos ni esposo y, aunque muchas veces quieren arrebatárselo, luchará con uñas y dientes para hacerse un lugar en la comedia de principios de los años 60 en Estados Unidos.
Para lograr sus objetivos tiene la ayuda de Susie, su representante, quien ante cualquier adversidad la alienta con la frase: “¡tetas arriba!” para enfrentar al mundo orgullosa de ser mujer.
Physical (2021)
Como si fuera una muñeca vacía, Sheila es esposa, madre y ama de casa. Intenta llenarse de comida que después vomita con culpa, como si su destino fuera vivir hambrienta de vida. Finalmente encuentra una clase de aerobics y, de repente, por un rato, es feliz. Entonces comienza un largo camino para convertirse en una famosa instructora, de esas que aparecen en televisión con la ilusión de llevar alegría y empoderar a otras mujeres, pero también luchando con su bulimia y el síndrome del impostor.
Physical es un eterno remolino de emociones internas que la protagonista esconde porque la ambición no sienta bien a las mujeres de la década de los 80. Pero Sheila descubrió que puede ser dichosa por un rato, así que hará todo lo posible por permanecer en ese estado cuando la música se apaga.
Julia (2022)
Basada (muy libremente) en la historia real de la famosísima cocinera Julia Child. En la serie puede verse la inquietud de esta mujer que podría tener una vida sin sobresaltos disfrutando de sus gustos de sibarita y, sin embargo, quiere más. Con un estilo muy amable y paciente, va ganándose un lugar a fuerza de sonrisas, estrategia y perseverancia que la llevan a estudiar cocina, publicar libros de recetas y tener su programa de televisión. La forma en la cual va ganando cada espacio inspira a las mujeres que la rodean y las empuja a cruzar los límites impuestos por la sociedad.
Girlboss (2017)
Otra serie basada en una historia verídica. Se trata de Sophia Amoruso, quien en la realidad estuvo involucrada en numerosos escándalos y denuncias de parte de sus empleadas mujeres. Las demandantes aseguraban que fueron despedidas estando embarazadas para evitar las bajas por maternidad, además de acusar el ambiente laboral tóxico.
Aunque Sophia Marlowe, el personaje de la ficción, también puede resultar bastante fácil de odiar, tiene una fuerza que a mí me gustó ver en la pantalla. Es caprichosa, terca, pero también brillante y encuentra en la ropa usada la posibilidad de armar un emporio del vintage a fuerza de trabajo y casi sin capital para invertir. Si Julia Child consigue resultados con sonrisas, Sophia Marlowe lo hará a trompadas.
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