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5 poemas de Posturas políticas, de Margaret Atwood - Zenda
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5 poemas de Posturas políticas, de Margaret Atwood

Margaret Atwood publicó Power Politics (1971), Posturas políticas (Navona_Carmina), cuando tenía poco más de treinta años. Era su quinto libro de poemas. Estos poemas breves y cortantes, sin una palabra superflua, solo adquieren pleno sentido en el conjunto de las escenas que representan. Posturas políticas cuenta una historia no personal o transpersonal, desprovista de particularidades...

Margaret Atwood publicó Power Politics (1971), Posturas políticas (Navona_Carmina), cuando tenía poco más de treinta años. Era su quinto libro de poemas. Estos poemas breves y cortantes, sin una palabra superflua, solo adquieren pleno sentido en el conjunto de las escenas que representan. Posturas políticas cuenta una historia no personal o transpersonal, desprovista de particularidades temporales y espaciales, que podría ocurrir en cualquier lugar durante, aproximadamente, la segunda mitad del siglo xx.

Zenda publica cinco de estos poemas de esta edición bilingüe, con traducción y posfacio de Edgardo Dobry y Andrea Montoya.

SHE CONSIDERS EVADING HIM

I can change myself more easily
than I can change you

I could grow bark and
become a shrub

or switch back in time
to the woman image left
in cave rubble, the drowned
stomach bulbed with fertility,
face a tiny bead, a
lump, queen of the termites

or (better) speed myself up,
disguise myself in the knuckles
and purple-veined veils of old ladies,
become arthritic and genteel

or one twist further:
collapse across your
bed clutching my heart
and pull the nostalgic sheet up over
my waxed farewell smile

which would be inconvenient
but final.

ELLA PIENSA EN DEJARLO

Cambiarme a mí
misma sería más fácil
que cambiarte a ti

podría crearme corteza y
convertirme en arbusto

o volver atrás en el tiempo
a la imagen de una mujer
en la cueva de piedra, el vientre
ahogado en un bulbo de fertilidad,
la cara una pequeña perla, un
grumo, reina de las termitas

o (mejor) dar un salto,
esconderme entre los nudillos
y los velos venosos y morados de viejas damas,
volverme artrítica y refinada

o todavía otra vuelta más:
caigo a lo largo de tu
cama aferrándome a mi corazón
y cubro con una sábana de nostalgia
mi sonrisa lustrada de adiós

que acaso sea inoportuna
pero definitiva.

HE IS A STRANGE BIOLOGICAL PHENOMENON

Like eggs and snails you have a shell

You are widespread
and bad for the garden,
hard to eradicate

Scavenger, you feed
only on dead meat:

Your flesh by now
is pure protein,
smooth as gelatin
or the slick bellies of leeches

You are sinuous and without bones
Your tongue leaves tiny scars
the ashy texture of mildewed flowers

You thrive on smoke; you have
no chlorophyll; you move
from place to place like a disease

Like mushrooms you live in closets
and come out only at night.

You want to go back
to where the sky was inside us

animals ran through us, our hands
blessed and killed according to our
wisdom, death
made real blood come out

But face it, we have been
improved, our heads float
several inches above our necks
moored to us by
rubber tubes and filled with
clever bubbles,

our bodies
are populated with billions
of soft pink numbers
multiplying and analyzing
themselves, perfecting
their own demands, no trouble to anyone.

I love you by
sections and when you work.

Do you want to be illiterate?
This is the way it is, get used to it.

ÉL ES UN RARO FENÓMENO BIOLÓGICO

Tienes cáscara, como los huevos y los caracoles

En el jardín estás
por todas partes y lo destruyes,
eres difícil de erradicar

Carroñero, solo comes
carne muerta:

Tu piel es ahora
pura proteína
tersa como gelatina o como
el vientre viscoso de las sanguijuelas

Eres sinuoso y sin huesos
Tu lengua deja cicatrices diminutas
de textura cenicienta como flores enmohecidas

el humo es tu medio; no tienes
clorofila; te extiendes
de un lugar a otro como una enfermedad

como las setas vives en armarios
y solo sales por la noche.

Quieres volver adonde
el cielo habitaba en nosotros

los animales nos atravesaban, nuestras manos
bendecían y mataban de acuerdo a nuestro
criterio, la muerte
hacía borbotear sangre de verdad

Reconozcámoslo, sin embargo: hemos
mejorado, nuestras cabezas flotan
varios centímetros por encima de nuestros cuellos
ancladas a nosotros por
tubos de goma y rellenos de
ingeniosas burbujas,

en nuestros cuerpos
viven billones
de mullidas cifras rosas
que se multiplican y analizan
a sí mismos, perfeccionan
sus propias exigencias, sin causar molestias.

Te quiero por
pedazos y cuando trabajas.

¿Quieres ser analfabeto?
Esta es la forma, acostúmbrate.

HE IS LAST SEEN
1
You walk towards me
carrying a new death
which is mine and no-one else’s;

Your face is silver
and flat, scaled like a fish

The death you bring me
is curved, it is the shape
of doorknobs, moons
glass paperweights

Inside it, snow and lethal
flakes of gold f all endlessly
over an ornamental scene,
a man and woman, hands joined and running

2
Nothing I can do will slow you
down, nothing
will make you arrive any sooner

You are serious, a gift-bearer,
you set one foot
in front of the other

through the weeks and months, across
the rocks, up from
the pits and starless
deep nights of the sea

towards firm ground and safety.

ÉL, VISTO POR ÚLTIMA VEZ
1
Caminas hacia mí
cargando una nueva muerte
que es mía, de nadie más;

Tu cara es plateada
y chata, escamada como un pez

La muerte que me traes
es redondeada, tiene forma
de pomo o de luna
encerrada en un pisapapeles

Dentro, nieve y letales
copos de oro caen sin cesar
sobre un decorado de paisaje,
un hombre y una mujer corren de la mano.

2
Nada de lo que haga te detendrá,
nada
hará que llegues más temprano

Con aire serio, traes regalos,
pones un pie
delante del otro

Durante semanas y meses, a través
de las rocas, desde
los hoyos y las profundas
noches sin estrellas en el mar

hacia suelo firme y seguro.

Sleeping in sunlight

Sleeping in sunlight (you occupy
me so completely

run through my brain as warm
chemicals and melted
gold, spread out wings to the
ends of my fingers
reach my heart and
stop, digging your claws in

If a bird what kind /
nothing I have ever
seen in air / you fly
through earth and water casting
a red shadow

The door wakes me, this is
your jewelled reptilian
eye in darkness next to
mine, shining feathers of
hair sift over my forehead

Durmiendo al sol

Durmiendo al sol
(me ocupas
tan completamente

recorres mi cerebro como química
caliente y oro
fundido, alas extendidas contra
la punta de mis dedos
alcanzan mi corazón y allí
se detienen, hincando tus garras

Si eres un pájaro de qué tipo /
nada que haya visto nunca
en el aire / vuelas
a través de la tierra y el aire arrojando
una sombra roja

La puerta me despierta, es
tu enjoyado ojo viperino
a oscuras cerca del
mío, plumas brillantes de
pelo se ciernen sobre mi frente

THEY ARE HOSTILE NATIONS

1
In view of the fading animals
the proliferation of sewers and fears
the sea clogging, the air
nearing extinction

we should be kind, we should
take warning, we should forgive each other

Instead we are opposite, we
touch as though attacking,

the gifts we bring
even in good faith maybe
warp in our hands to
implements, to manoeuvres

2
Put down the target of me
you guard inside your binoculars,
in turn I will surrender

this aerial photograph
(your vulnerable
sections marked in red)
I have found so useful

See, we are alone in
the dormant field, the snow
that cannot be eaten or captured

3
Here there are no armies
here there is no money

It is cold and getting colder

We need each others’
breathing, warmth, surviving
is the only war
we can afford, stay

walking with me, there is almost
time / if we can only
make it as far as

the (possibly) last summer

SON NACIONES HOSTILES

1
En vista de la extinción de animales
la proliferación de cloacas y miedos
el mar congestionado, el aire
próximo a agotarse

deberíamos ser amables, deberíamos
estar atentos, perdonarnos unos a otros

En cambio nos enfrentamos, nos tocamos
como si nos estuviéramos atacando,

os regalos que traemos
incluso de buena fe pueden
volverse, en nuestras manos,
herramientas, maniobras

2
Si dejas de mirarme con tus
binoculares como si fuera un blanco
prometo rendirme

esta fotografía aérea
(tus puntos débiles
marcados en rojo)
me pareció muy útil

Mira, estamos solos en
el campo en barbecho, la nieve
que no podemos comer ni juntar

3
Aquí no hay ejércitos
aquí no hay dinero

Hace frío y está refrescando

Necesitamos mutuamente de
nuestro aliento, calor, sobrevivir
es la única guerra
que podemos afrontar, sigue

caminando a mi lado, ya casi
es el momento / si tan solo
pudiéramos llegar

hasta este (posiblemente) último verano

MUECAS TRASCENDENTALES:

ALGUNAS NOTAS SOBRE POSTURAS POLÍTICAS

Margaret Atwood publicó Power Politics (1971) cuando tenía poco más de treinta años. Era su quinto libro de poemas; un par de años más tarde aparecería su primera novela, The Edible Woman (La mujer comestible, Ediciones B, 2004). En una nota escrita después de la publicación del libro, lo definió como una non-sonnet sequence: secuencia o conjunto de no-sonetos. Jan Zwicky, en el prólogo a la reciente reedición canadiense de la obra, señala como probable antecedente los cincuenta sonetos —en realidad, poemas de 16 versos, compuestos por cuatro cuartetas de rimas abrazadas— de Modern Love (1862), del escritor victoriano George Meredith. El ciclo de Meredith, que también fue definido como «novela en verso», se abre con esta célebre línea: «By this he knew she wept with waking eyes», él sabía que ella «lloraba con los ojos abiertos». Aparece el ojo, desde el principio del libro, como en Atwood.

Secuencia implica sucesión y unidad; no-sonetos, es decir, alguna relación particular con la idea renacentista del libro de poemas que compone y recorre una subjetividad y un destino. En el origen, el Cancionero de Petrarca, en cuyo soneto III se declara el modo en que hiere la flecha de Cupido: «Trovommi Amor del tutto disarmato / et aperta la via per gli occhi al core…». Los ojos son la puerta por la que entra el dardo del amor, que va a clavarse en el corazón: el flechazo se produce a primera vista y su efecto es incurable. Petrarca, a su vez, evocaba la Elegía I, I de Propercio:

Cintia, fue ella la primera, me atrapó con su mirada,
pobre de mí, que fuera antes inmune a los deseos.
Bajó Amor luego la altivez constante de mis ojos
y aplastó mi cráneo bajo el peso de sus pies.

En el código de la lírica amorosa aparece, desde su fundación, la humillación y la violencia.

Acerca de la relación de Atwood con la tradición occidental acaso no sea inoportuno recordar que, en sus años de estudiante de literatura en el Victoria College de Toronto, fue alumna de Northrop Frye: uno de los grandes críticos literarios del siglo xx y uno de los más importantes sistematizadores de la tradición, en Anatomía de la crítica y El gran código. En todo caso, después del muy somero recorrido que hemos hecho, no parece casual que Posturas políticas se abra con (y como) un ojo:

penetras en mí
como un gancho en su ojal
un anzuelo
un ojo abierto.

La palabra eye aparece dos veces: en sentido figurado, como ojal en el que encaja un gancho; y en sentido literal, como ojo en el que entra la flecha de Cupido, aquí en forma de anzuelo. Como el resto de la referencia a la tradición está abolida, queda una imagen que se impone, física e hiriente, que recuerda la escena de la navaja en el ojo de Un perro andaluz de Luis Buñuel. Se diría que, desde esta hiriente entrada en escena, el yo que habla en este libro está más cerca de Propercio que de Petrarca: el amor no es algo dulce ni gracioso (en el sentido cristiano del término) sino brutal y despiadado. En efecto, en Posturas políticas encontramos representaciones de cuerpos que chocan en el espacio compartido: cabezas explotadas o colgantes, conectadas al tronco como balones a una botella de gas, brazos dislocados por el forcejeo, lenguas que dejan rastros sinuosos como cicatrices, gestos tentativos sobre pieles nerviosas, cuerpos esparcidos que se propagan como enfermedades. Imágenes que recuerdan a los cuadros de Francis Bacon: suceden casi siempre en series de interiores domésticos: baños, dormitorios, salones impersonales donde los cuerpos y rostros se deforman en contorsiones y muecas grotescas.

Estos poemas breves y cortantes, sin una palabra superflua, solo adquieren pleno sentido en el conjunto de las escenas que representan. A diferencia del tipo de poemario más usual en la modernidad, que recoge composiciones más o menos breves cerradas en sí mismas, sin mucha más relación entre sí que el haber sido escritos por un mismo autor durante un determinado periodo de tiempo y bajo un mismo título, Posturas políticas está concebido como una unidad. ¿Qué cuenta este romance (en el sentido del propio Frye, como idilio y novela no realista), este relato (también en el sentido de «relación» entre un yo y un tú)? Un yo femenino que se dirige a un tú masculino: enmarcados en una serie de escenas maritales en las que se revela el juego de las relaciones de poder entre hombre y mujer en un momento de cuestionamiento (pero no de inminencia de derrocamiento) del sexismo inveterado. En las mencionadas notas a su libro, Atwood señala que el poder no es algo que esté en una esfera inalcanzable y que descienda sobre nosotros como algo inapelable; el poder «es como el aire», permeable, lo invade todo, nos envuelve.

Posturas políticas cuenta una historia no personal o transpersonal, desprovista de particularidades temporales y espaciales, que podría ocurrir en cualquier lugar durante, aproximadamente, la segunda mitad del siglo xx. Un hombre y una mujer salen a cenar; en determinado momento ella le clava el tenedor en el corazón y él sale volando: sobrevuela la ciudad, como un arma o un anuncio mientras ella termina de cenar con parsimonia. Van al cine: la película es tan penosa que la espectadora se identifica: persiste en ella, por semanas, el olor de celuloide quemado y popcorn; a pesar de lo sórdido del conjunto, quiere saber cómo termina la película. Ella imagina cómo es él y en su imaginación lo distorsiona: puede ser una plaga en el jardín, un monstruo de tres cabezas, un comandante de madera; puede ser un hombre vomitando la borrachera en la bañera o volviendo de una expedición a la montaña (en silla de ruedas); o puede ser un soldado que parte a la guerra y ella le quiere entregar un ramo de flores corriendo por el andén. Él puede estar representado, también, por una fotografía que se decolora a lo largo de veinte años, o un rostro que la lluvia desdibuja. O un telegrama (¿anunciando su muerte en combate?) debajo de la puerta. Ella lo espera en tiendas de cuero. Él va y viene, se desplaza de este a oeste, de arriba abajo; ella«piensa en dejarlo». Ante la abnegada paciencia de ella,él intenta comportarse como un hombre pero se muestra como un niño asustado («¿me quieres?, ¿me quieres?», gimotea desesperado), sus trofeos son fracasos, su figura es penosa cuando lo envuelve un halo de alcohol y se convierte en un inválido cuyo intento de investirse de poder no hace sino volverlo aún más patético. Son aspavientos de una masculinidad que hace todo lo posible para mantener su dominio: por eso es «un sol / al revés», que engulle toda la energía del ambiente. Por supuesto, la penetración del primer verso del libro tiene una connotación sexual (más que erótica); aquí el sexo es tan tortuoso y poco atractivo como el resto de escenas representadas de la vida conyugal:

te toco apenas y tiritas
te pones tenso, hasta
el contorno de tu piel
se retrae
quieres placer
aunque no lo reconozcas.

A la vez, hay varios poemas en el libro en que el yo femenino se muestra en posición de escritora. «Sus posturas difieren», una de las piezas compuestas de fragmentos numerados, se cierra de este modo: «Por favor muérete, dije / así podré escribir sobre ello»; y en «Van al restaurante»:

la verdadera cuestión es
si te haré inmortal o no.
Por el momento soy la única que
puede hacerlo…

—————————————

Autor: Margaret Atwood. Título: Posturas políticas. Editorial: Navona. Venta: Amazon, Fnac y Casa del libro

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