Foto: Joana Dilão.
Adília Lopes, seudónimo literario de María José da Silva Viana Fidalgo de Oliveira, es una poeta, cronista y traductora nacida en Lisboa en 1960. Considerada una autora de culto de la literatura portuguesa, está escasamente traducida al español. Es una de las poetas contemporáneas que más ha explorado la cotidianeidad, alejándose del lirismo de los poetas clásicos. Sus poemas, que a menudo parecen fragmentos extraídos de algún diario, están llenos de referencias a la literatura, la filosofía, la cultura popular y la ciencia. Estudió física en la Universidad de Lisboa, licenciatura que abandonó, casi terminando, debido a una psicosis esquizoafectiva, enfermedad de la que siempre habló abiertamente, tanto en su poesía, crónicas, conferencias o entrevistas en medios de comunicación. Dejó de estudiar por consejo médico y comenzó a escribir con la intención de publicar. Su escritura se caracteriza por juegos fonéticos y asociaciones libres, por un tono sencillo pero punzante. Presentamos cuatro textos traducidos por Carla Badillo Coronado y seis poemas pertenecientes a la antología Escribir un poema es como atrapar un pez (Tragaluz editores, 2018), con traducción de Alejandro Giraldo Gil.
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Porque solo somos
animales acosados
en la lucha por la sobrevivencia
escribimos cavernas
y diarios.
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Chips implicados
La psicoanalista me decía: diga todo lo que le venga a la cabeza. Yo estaba sufriendo, me callaba. Ella preguntaba: ¿en qué está pensando ahora? Me daba ganas de decirle que estaba pensando en Dios y en un pasaje de Spinoza. God. Dog. La psicoanalista decía que yo no le daba material. Era una tortura. El psiquiatra —un doctor profesor muy pretencioso— decía que yo solo me preocupaba por cosas pequeñas. También me preocupo por la distancia de la Tierra a la Luna y por la Torre Eiffel. A partir de aquí solo puedo ser ordinaria. Este se agitaba tanto en la silla giratoria durante mi consulta que yo llegaba al final con ganas de pasarle una guía de tratamiento con Haldol y Lexotan12 de hora en hora, tal vez hubiese sido mejor aumentar dos cajas de pastillas de Futre.
Con este Rocambole todo lo que tuve que aguantar, los chips de mis neuronas están cinco estrellas, siete estrellas. Es Dios. El viejo Spinoza, que no escribió una línea sobre el neurotransmisor, es quien me curó. El neurotransmisor es una cosa pequeña.
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La crítica actual
Se dan explicaciones
y más explicaciones
que no explican nada.
Se da de comer
la comida masticada.
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En los años 60, en la estación de metro de Anjos en Lisboa, en el carril oriental, había una balanza roja para que las personas pudieran pesarse, bastaba meter una moneda. Puedo confundirme, pero tengo buena memoria, creo que la balanza estaba ahí. La balanza debía ser española porque tenía escrito:
¿cuánto pesa usted hoy?
Me quedé fascinada con lo que fascina a Molly Bloom de Joyce, con la maravilla de la grafía del español: ese punto de interrogación invertido al inicio de la pregunta que cierra con otro punto de interrogación que no está invertido. Parece un arabesco. A los 4 años yo era Molly Bloom, como les pasa ciertamente
a muchos niños.
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[Yo quiero follar follar]
Yo quiero follar follar
halladamente
si esta revolución
no me deja
follar hasta morir
es porque
no es
revolución
una revolución
no se hace
en las plazas
ni en los palacios
(esa es la revolución
de los fariseos)
la revolución
se hace en el baño
de la casa
del colegio
del trabajo
la relación entre
las personas
debe ser un trueque
hoy es una relación
de poder
(incluso al follar)
la segadora siega
feliz
siega en sus tiempos libres
(¡ya es semana de 24 horas por 7 días!)
la gestora examina
la empresa
por el baño
y canta
feliz
porque hay alegría
en el trabajo
el llanto de la bebé
no le impide a la madre
venirse
la gallina juega
con la zorra
yo tengo el derecho
de estar triste
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Autobiografía sumaria de Adília Lopes
A mis gatos
les gusta jugar
con mis cucarachas
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[Después del Holocausto…]
Después del Holocausto, la cucaracha Eva y la cucaracha Adán comerán de la manzana. Pero esto no será pecado. Y una humanidad de cucarachas vivirá feliz por siempre en un Paraíso sucio de restos de personas que no parecerá sucio a nadie.
No sé si para las cucarachas hay sucio y limpio: sé muy poco de cucarachas. Sé que, cuando veo una cucaracha pataleando, patas arriba, la ayudo a ponerse de pie. La cucaracha no está acostumbrada a que la ayuden. Le parece raro. Patalea cada vez más. Algunas veces se trepa por mi mano. Y no sé si se siente agradecida. Al fin, apenas queda de pie, corre muy rápido a esconderse debajo de los muebles.
(había una vez una cucaracha que hacía operaciones: sacaba centavos de la barriga de las personas).
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Anti-Nazi
La limpieza
puede ser
peor
que la porquería
El orden
puede ser
el mayor
desorden
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[Al andar a pie]
Al andar a pie
mi poema
se escribe
en la cabeza
sentada
escribo mi poema
en el papel
con el corazón y el estómago
sosegados
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Arte poética
Escribir un poema
es como atrapar un pez
con las manos
jamás he pescado de esta manera
pero puedo hablar así
sé que no todo lo que agarran las manos
es pez
el pez se resiste
intenta escaparse
se escapa
yo persisto
lucho cuerpo a cuerpo
con el pez
o morimos los dos
o nos salvamos los dos
tengo miedo de no llegar al fin
es una cuestión de vida o muerte
cuando llego al final
descubro que necesité atrapar al pez
para librarme del pez
me libro del pez con un alivio
que no sé expresar
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